Eres tú el amor, eres tú la vida, pues me acompañas y me
comprendes, me entiendes, me enamoras... Un sentimiento nuevo, brota de mi ser, una llamada
sincera y una esperanza nueva, ¡Eres tú!... Solamente tú... Gracias por estar
allí, por cogerme de la mano y llevarme al cielo de tu mirada... Te pido
perdón, pues aun estoy herido, a pesar que me curaste las heridas, y cociste las
llagas con tus cabellos, aún me desangro por dentro, pues mi alma esta
resentida... Pero todo tiene su fin, todo tiene una salida... Renuevas mis
sentimientos, con las caricias de tu bello corazón, me atas con tus fuertes lazos y
me revistes de bellas flores... ¡Rosa de los vientos! ¡Huyamos juntos! Y hagamos un
nuevo mundo, tuyo y mío; alejado de la gente, separado de la vida, donde el
amor sea fiel y la esperanza bendita, donde tú y yo nos amemos para siempre...
Autor del escrito:
Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
Es preferible iniciar algo nuevo en un lugar diferente. Lejos de los molestos recuerdos, impresos en objetos, paisajes, costumbres...
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