Caminante del destino, viajero de la vida,
que vas de aquí allá, proclamando tu verdad,
gritándole al viento tu triste sentir,
que surcas distancias y llevas prisas,
como olas de mar
que surcas distancias y llevas prisas,
como olas de mar
que rompen contra las rocas,
pues aguardan el dulce cantar de la alborada,
tenue fulgor de llantos y melancolías,
de miedos y dudas...
Como un profundo vacío muy dentro de mí,
el cual me corroe el alma,
pues devora mis sueños
y lastima mis pensamientos...
¿Dónde quedaron los días plagados de sol?
¿Dónde quedaron las noches de luna llena?
Cuál hermoso lucero
adornada de estrellas a su alrededor...
Así es mi llanto y mi clamor,
tan grande, como
el estruendo del mar...
Como las lagrimas de la luna;
más aún he de seguir sufriendo,
sufriendo de dolor,
pues tan solo soy, un soldado de la fortuna,
¡Un loco bardo de
la soledad!
Pregonero de la vida... ¡Yo soy la voz del poeta!
El heraldo de su majestad,
soy la voz dormida de uno encarnado,
la palabra que en otros tiempos
proclamaron mis hermanos...
Autor del escrito:
Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
Tristes momentos de aflicción por un ayer que no volverá...
ResponderEliminarUn pregón que se hace quejido, grito descarnado en soledad...