Desciendes de lo alto y llevas por señal,
el terrible estigma del pasado,
la sangre de los hombres manchó tus manos,
el lloro y el crujir de dientes,
no conduelen tu ser, pues no tienes corazón.
Implacable y cruel, criatura anatema...
¡Tú!... Que posees miles de nombres,
y tienes a tus pies el dominio de los hombres,
pues impartes miedos y muchas dudas,
temor y violencia por todos lados.
Miles de guerras se suscitaron en tu nombre,
no tienes temor de la muerte,
criatura del infierno, amo de la soledad,
¿cuánto más has de esperar?
El día y la hora vienen pronto, pronto...
El día en el cuál tus huestes hagan frente...
Hordas de luz rodearán tus caminos,
serás atrapado y apresado,
la burla de los pueblos, será tu maldición...
¡Nunca más, podrás engañar!
¡Nunca más, podrás encantar a los hombres!
Pues tu destino ya fué escrito,
desde antes de creada la humanidad.
¡Pobre de ti!... Pues padecerás amargo dolor,
¡sufrirás eternamente!...
Ni lo alto, ni lo excelso, podrá liberarte,
pues es tu destino y tu final...
Fuiste maldecido desde antes de tu creación,
tus miles de nombres, desechados son,
espera y aguarda, que el día se acerca...
Así sea.
Así sea.
Autor del escrito:
Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
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