¡Cuánto dolor, cuánta tristeza!…
Y que incomparable pena agobia mi alma...
Alma marchita y desolada…
El destino, me ha traído a este lugar,
en este día tan oscuro y tan gris…
Las triste sombra de mis recuerdos
se escurre entre mis dedos,
como viva sangre…
Sangre que brota de mis manos
como ríos caudalosos, que manchan y tiñen
el viejo papel de mis pensamientos…
Con líneas muy finas, de mi triste dolor…
Ni tu dulce fragancia escapa de mi mente,
tu frío recuerdo agobia mi ser,
día tras día… Noche tras noche…
Y yo aquí… Solitario y abatido,
contemplando y añorando,
aquellos recuerdos de un pasado diferente.
Fingiéndole al mundo que soy feliz...
Tanto dolor, tanta pena…
Duele tanto el vivir, si tu dulce voz
no me llama por las mañanas…
Quiero ir por el mundo, en tu compañía…
Y reír… ¡Reír como niños!,
por cualquier tontería…
Mi corazón te busca, mi corazón te aclama,
siempre, y por siempre, lo hará...
Más ahora, no te tengo…
Mi alma se ahoga lentamente…
Y mis cansados dedos rozan,
el oscuro velo de mis pensamientos,
más no te hallo, más no te encuentro…
Solo quiero ir en busca tu amado recuerdo,
quiero fundirme, quiero morir,
en tus más profundos pensamientos…
Ya no quiero padecer esta soledad,
la cual me condena y me destruye lentamente…
Pues la tenue luz de tu presencia,
es la causa de mi tormento…
Necesito de tu amor, ¡necesito de ti!
¡para vivir!, ¡para vivir!...
Para soñar y poder sonreír una vez más…
Pero… También necesito las gotas de mis ojos
para así poder crear con ellas,
un inmenso mar de llanto
para navegar en el libremente,
y poder llegar a ti… Algún día, algún día…
me encanto... es lo ke estoii viviendo oii en diia
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