Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
Escritor, poeta, narrador de melancolías...
Déjame Corromper tus oídos con palabras de otro tiempo,
sepultando lo presente en el oscuro abismo del olvido.

 
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miércoles, 10 de agosto de 2011

La tristeza de un mortal (Caminos y un destino de felicidad)

¡Oh! Destino… Cuán terrible y cruel sueles ser muchas veces. Pues arrancas de esta tierra, a seres buenos y nobles, que aman la vida y anhelan un mañana; que claman en la soledad y gritan la libertad, en el silencio de su alma. Que buscan y aclaman, que cantan, ríen y lloran… Mas es pesada la carga y angustioso el dolor, el cuál oprime mi corazón, en esta hora de amargo llanto. Mas ahora, camino por senderos de profunda angustia, caminos de soledad; pues mi alma está muy triste,  se pierde entre sentimientos y congojas, entre densas neblinas y recuerdos que no volverán.  Pero mis manos atadas están, sintiendo estas rejas, tan frías, tan solas… ¡Y me veo aquí!  Ahogada en la soledad, la cual me consume y me visita todo el tiempo. Pues no me queda nada ni nadie, todos se marcharon, se esfumaron como el polvo…  Pero vivo aquí, en este mundo solitario, una tierra inhóspita y vacía, llena de nostalgia y recuerdos de ella, un mundo solo mío, un mundo del cual, será difícil escapar… ¿Pero ella? ¿Qué será de ella? Se pregunta mi alma ¿Qué será de aquella persona, que llenó mi vida y se aparto de esta tierra para no volver? No lo sé... no lo sé. Y de repente me vi caer en un profundo sueño, un suceso que no lo logro comprender todavía, en dicho sueño vi un extraño ser, hermoso y sin igual.  El cual me hablaba a la mente y escribía en mi corazón, palabras de aliento y esperanza, y le pregunte tantas cosas... tantas. Pero él, me respondió lo siguiente:

Un destino de felicidad

Ella viaja a un lugar mucho mejor, pues allí encontrará la luz, aquella luz que regirá sus días, allí hallará el amor verdadero y la felicidad absoluta. Un lugar lleno de bondad y de pensamientos sinceros, donde no existe más el dolor, ni la miseria de los hombres. Un lugar hermoso y diferente... Y visitará todos los días, el templo del gran Rey, una mirada de él, será suficiente para sanar sus heridas y limpiar todas sus tristezas...  El tiempo no regirá nunca más sus caminos. Y visitará los bellos jardines, que colman de flores los atrios del gran palacio, repletos de rosas multicolores, provenientes de todas las naciones de la tierra. Beberá del agua de la vida y nunca jamás habrá tristeza en su corazón, porque el pasado será borrado de su mente para siempre… Y el gran Rey se levantará de su trono y vendrá a ella, le tomará de la mano y caminaran juntos por el eterno cielo, pues él, no es como nosotros, él, no se rige de jerarquías ni de potestades humanas; no ve las ganancias de los hombres, ni la riqueza material que poseían en otro tiempo, pues él, ve a la humanidad con un sentir diferente, con un sentir de verdadero amor, un sentir de amigo y de padre.

Pero ella, siente en su corazón que aún espera a alguien, no recuerda ni su nombre, ni recuerda los momentos vividos junto a ella… Pero presiente que llegará algún día, y sabe también en su corazón, que estarán juntas en aquél hermoso lugar… Y en dicho momento, volverán a reencontrarse, volverán a ser amigas. Y cantarán alabanzas, dedicadas al Rey de todo el mundo, pues sus ojos limpios serán… Y juntas por siempre irán de la mano. Pues si en la vida unieron sus corazones en una bella amistad, en la eternidad será para siempre.

Y de repente desperté de aquel hermoso sueño, pasado todo esto, y de haber escuchado lo que me mostró aquél ángel, me puse a llorar desconsolada, pero vi también una esperanza nueva, pues otros caminos comenzaban a pintarse frente a mis ojos, y me dije a mi misma. Tal vez algún día... yo también, pueda llegar a dicho lugar de belleza y bondad. Y todos aquellos que buscaron la verdad en su corazón, y anhelaron con ansias de esa fuente de vida perpetua, encontrarán la paz y la felicidad verdadera, de un nuevo mundo, el cual se encuentra en un lejano cielo…  Allá en lo alto, donde las estrellas se pierden.  Así sea.

Dedicado a Anna.

Autor del escrito:
Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
Derechos Reservados - 02/08/2011

La tristeza de un mortal (Caminos  y un destino de felicidad)

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