Una desolada existencia…
Ya nada es importante en ésta vida…
Pues solamente he de bailar con la muerte,
he de caminar entre éste mundo y el otro,
mi locura me ha llevado a la perdición…
¡Cometí una terrible afrenta!…
Pues entregué a mis hermanos,
y los hicieron cautivos…
¡Les arrebataron la libertad!,
más ahora no me queda nada, nada…
solamente éste baile de muerte,
el cual ha de llevarme
hacia otro mundo…
Y en dicho lugar he de pagar,
por mis rebeliones y muchas afrentas.
Camino sola… No me que nada,
siempre cantando, siempre danzando,
la amarga melodía de los tristes
llantos, en la espesura de la noche,
donde se esconden mis ojos,
aquí me encuentran los espectros
del más allá…
Para llevarme y maldecirme,
por el horror… De mis muchos males…
¡Ay de mi!… ¡Ay de mi!, destino cruel…
Que te enseñoreas de mi cuerpo
y de mi mente… Por siempre, por siempre…
Maldecida y desdichada,
por siempre, por siempre…
Autor del escrito:
Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
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