En la profunda
oscuridad de un lejano bosque,
se esconde un hechicero,
en cuyo pensamiento se delinea el rostro de su amada.
Él aguarda, siempre de día, siempre de noche,
clama a los cielos por su llegada,
mas aún no es la hora; proclama una voz misteriosa,
sabe que el amanecer ha de llegar pronto,
pues las tinieblas de la noche sucumbirán
ante el resplandor de aquel hermoso rostro,
se esconde un hechicero,
en cuyo pensamiento se delinea el rostro de su amada.
Él aguarda, siempre de día, siempre de noche,
clama a los cielos por su llegada,
mas aún no es la hora; proclama una voz misteriosa,
sabe que el amanecer ha de llegar pronto,
pues las tinieblas de la noche sucumbirán
ante el resplandor de aquel hermoso rostro,
un día no muy
lejano, ella ha de cruzar por aquella puerta,
y la imagen de sus
ojos tristes, tomara forma,
y será una nueva
vida,
el al fin verá a
su amada, y nunca jamás
han de separarse
el uno del otro ¡Nunca jamás!…
Autor del escrito:
Dante Moshue Díaz
Linares (Conde Apocalíptico)
Derechos
Reservados - 04/06/2011.
Una larga espera |
Que hermoso...me encantó...
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