Temible ángel de la destrucción, que te complaces con la ruina de la humanidad, vuestra mirada se cautiva con los llantos y clamores de tus enemigos, tú que nunca escapaste a los embates y sinsabores del destino, ven toma de mi mano y enséñame en las sendas del olvido, ayúdame a surcar los cielos contigo y muéstrame de tu poder, para así poder vengarme junto a ti, de la humanidad miserable y destructora, aquellos que proclaman la paz, más en su corazón, son faltos de ella, aquellos impíos han de ser los primeros en sufrir el martirio de tu mano letal.
Enséñame a descubrir los poderes ocultos, aquéllos que se perdieron en el tiempo, los mismos que tu enseñaste a nuestro padre Caín y a su descendencia, ahora yo llevo la marca en la frente, el estigma de mi condena, dejadme estar a vuestro lado, y en tus alas guardar el cobijo para no sentir frío, ni ser jamás visto por hombre alguno, pues en ellos deje mis sueños y añoranzas, en cambio como infames me destruyeron, se llevaron mi conciencia y la enterraron en lo más profundo de la tierra, más ahora es el momento de la venganza, ahora, es el momento de mi exaltación, pues tengo la bendición de la oscuridad bajo mi brazo, pues ella misma me sello con esta marca en la frente, la cuál me hace coparticipe de su banquete, oh grandes vigilantes de los cielos, ahora no he de sentirme solo nunca más, pues a mí me fue entregada la aniquilación del hombre…
Enséñame a descubrir los poderes ocultos, aquéllos que se perdieron en el tiempo, los mismos que tu enseñaste a nuestro padre Caín y a su descendencia, ahora yo llevo la marca en la frente, el estigma de mi condena, dejadme estar a vuestro lado, y en tus alas guardar el cobijo para no sentir frío, ni ser jamás visto por hombre alguno, pues en ellos deje mis sueños y añoranzas, en cambio como infames me destruyeron, se llevaron mi conciencia y la enterraron en lo más profundo de la tierra, más ahora es el momento de la venganza, ahora, es el momento de mi exaltación, pues tengo la bendición de la oscuridad bajo mi brazo, pues ella misma me sello con esta marca en la frente, la cuál me hace coparticipe de su banquete, oh grandes vigilantes de los cielos, ahora no he de sentirme solo nunca más, pues a mí me fue entregada la aniquilación del hombre…
Autor del escrito:
Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
Derechos Reservados - 23/05/2011.
Asa'el (Ver Imagen) |
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