¡La sangre!, ¡La sangre!…
La sangre de mis pecados se escurre entre mis dedos…
Vigilantes del oscuro abismo venid aquí,
¡Vayamos a la gran batalla!…
Las huestes oscuras nos esperan y nos aguardan,
al otro lado del siniestro Averno…
Hemos de rodear toda la tierra y sojuzgarla…
Como presas en nuestros colmillos será su final…
Venid aquí todas las criaturas de la noche…
Aquellas que dormían…
En la oscuridad de los recuerdos…
Venid y destruyamos a la humanidad…
Que no quede vestigio alguno de ellos…
Huid, huid... Que el día se asoma,
se asoma tras las colinas de la desolación…
Almas efímeras y decadentes… Su final es la muerte…
Huestes de la oscuridad, uníros en esta gran batalla,
la cual ha de llegar pronto, muy pronto…
Pues el destino será sangriento para los mortales,
y su cruento final es la muerte, la eterna muerte…
Como hojas que caen en el crudo invierno,
y son echadas en el fuego… Así será vuestra condena…
Por no haber guardado la fe…
De ésta manera será vuestro fatal destino… Así sea…
Autor del escrito:
Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
Derechos Reservados - 03/07/2011.
Derechos Reservados - 03/07/2011.
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