Desesperado yo me encuentro, te fuiste, te alejaste...
Ya no te hallo por ningún lado, no te veo, no te tengo,
te fuiste de mis brazos para huir con otros,
que destino de dolor me amordaza, me agobia tanto,
las brumas de mi mente se hacen densas y pesadas.
¿Cuánto más he de soportar tales afrentas?, dolor...
Solamente eso reside en mi interior, ¡dolor!...
Pues éste amargo sentir me consume muy lentamente,
me apresa entre miedos y soledad, ¡dónde estas!...
Dónde se ocultan tus pasos, tu risa, tu voz, tu amor.
Mi bella amada, la única, mi flor soñada, ¡amor mío!...
Mi amor esta muerto y sepultado, entre lodo y piedras,
piedras cubiertas de sangre, sangre de mis manos,
de mis ojos tristes, llantos en la soledad, en el silencio,
nadie me ve, nadie me oye, pero ella se fue, partió...
Ella partió para no volver jamás, se ha ido para siempre,
y yo aquí, entre desvelos, vacio y moribundo,
amándole, aunque ella ya no exista en el duro presente,
solamente me quedan estos tristes versos,
testigos fieles de mi dolor, de mis penas, de mi amor.
Autor del escrito:
Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
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