Mi bella flor no deje caer sus preciadas lágrimas al viento,
pues usted es un tesoro que cualquier hombre anhela.
Su dulce voz y sus dichos no deben caer en la tierra.
Su linda mirada y su preciosa alma
no deben sucumbir ante los sinsabores del destino.
Nunca os dejaré ni le olvidaré, pues le amo y le quiero
de una manera diferente, un sentir verdadero,
un sentir de ternura y de amor en el corazón…
No está sola, pues éste hombre guarda todos sus dichos
en su solitario corazón, los atesora como si fueran parte de él,
como si fueran su propia alma, su propia vida…
Vengo ante usted en este día para decirle, que no esta sola.
Nunca dejare de ver aquella hermosa y brillante estrella
en el horizonte de mis sueños, aquella estela refulgente
que sobresale sobre las demás, pues su brillo,
es genuino y diferente, el cuál perdurara para siempre...
Déjeme pintar unas letras de sangre…
En el lienzo de vuestro corazón, déjeme llevarte a un largo viaje...
A un lugar bueno, donde tu alma descanse
y pueda renacer de sus cenizas cuál ave fénix inmortal…
Nosotros los vivientes en verdad hemos de morir un día,
pero tú alma tan pura como el cristal perdurará para siempre...
Pues tus dichos nacen de vuestro corazón
y tus bellos sentimientos son verdaderos y puros.
Y me encuentro aquí postrado ante ti, suplicando tu perdón
Desangrando mi corazón cual ofrenda para tu alma,
cual ofrenda para tu hermoso corazón…
El cuál amo y atesoro desde el primer día en que os conocí.
Autor del escrito:
Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
Derechos Reservados - 05/08/2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario