Sentimientos... Muchas veces funestos y crueles.
Una risa en el oscuro mar de mis pensamientos.
Y a lo lejos… Una lejana existencia…
Tres bocas, tres manos, vienen por mí...
Y yo muy asustado, huyo rápidamente y sin descanso.
No entiendo el porque, no logro comprenderlo…
¡No me persigan!, ¡basta ya!…
Dejadme solo en este lugar, ya no quiero más de ti,
no quiero saber ni oír palabras mentirosas,
las cuáles hallo en vuestra mente.
Solo quiero ser parte de esta realidad
Y no ver nunca más sus rostros de maldad…
Su ardiente deseo por destruir mi corazón...
He de morir en este lugar, me refugiaré en las alas
de mi bello ángel y así escaparé, escaparé…
Escaparé de vuestras malas obras y viles actos.
Una mirada se levanta y me ilumina,
su luz me indica el camino para seguir adelante,
pero aquella extraña y horrible carcajada
no me deja escuchar la realidad,
una extraña y cruda sensación de opresión
se apodera de mi mente y me hace retroceder,
a cada instante, a cada instante, cubre mi camino
con raíces amargas de dolores intensos…
Gigantes piedras caen de los cielos rápidamente
y no hallo lugar donde refugiarme,
no hallo el camino, para continuar, para vivir…
Mi ángel de luz ¡Ayudádme en este día!
Liberádme de ésta carga para siempre…
Cargas de pesares y tristezas, que manchan mi corazón,
solo tú puedes ayudarme, solo tú, solo tú…
Autor del escrito:
Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
Derechos Reservados - 25/07/2011.
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