Solo palabras al viento eran tus mentiras y dichos,
más ahora estás callada, y no dices nada,
inmóvil y muda, como efigie de piedra,
pues un corazón de hielo existe en tu interior,
una pesada y oxidada máscara cubre vuestro rostro.
¡Nunca serás feliz! ¡Nunca estarás con vida!
Pues tu crudo destino está trazado para siempre.
Y vives condenada a la soledad y el agrio dolor,
una nube de brumas angustiosas cubre tu alma,
que yace inerte y sin vida, en un cuerpo de muerte,
en un cuerpo de dolor ¡Alma maldita!...
Que te ahogas en la espesura de las frías noches,
pues no sabes dónde hallar a tu próxima víctima,
no sabes cómo encontrar un corazón vagabundo.
Un corazón desvalido y moribundo, marchito y solo,
el cuál sucumba fácilmente a tus muchas mentiras,
el cuál ha de morir en tus engañosos besos,
y será enterrado vivo en el oscuro foso del dolor,
del cuál nunca jamás ha de regresar con vida,
pues el destino de dicho ser es la maldición eterna,
fría y cruel, dama de tormentos, mujer del engaño.
Autor del escrito:
Dante Moshue Díaz Linares (Conde Apocalíptico)
Derechos Reservados - 06/08/2011.
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